Buenas amigos! Después de un tiempo desconectado, vuelvo para traer una crónica de semana santa, las primeras vacaciones con el EK desde que hace 5 años y medio pasará a formar parte de mi vida. Enamorado de Cantabria desde que veraneaba allí de crío, por sus playas, sus montañas, su gastronomía, no tanto de su clima pero si de su temperatura y por supuesto de sus magnificas carreteras serpenteantes.
Todo comenzó el sábado 19 de marzo. Tras una charla con Aitor, de locura, decidimos organizar unas vacaciones para semana santa aprovechando que el tenía casa en Laredo, lugar donde veraneé toda mi vida. El martes 22, me desperté, organice la maleta y partí rumbo Bilbao para juntarme con Aitor.
El viaje comenzó con una visita a Pamplona a una breve despedida a alguien que quería desearme buen viaje (y yo a ella, dado que también le tocaba un trayecto largo) y recoger la gopro. El trayecto sencillo, tranquilo y soleado, un acierto de día. El primer día transcurrió con calma, ubicándonos y relajándonos. Por la noche, con una temperatura muy agradable y una noche despejada, nos acercamos al puerto de Laredo, para realizar algunas fotos, a mi criterio, algunas de las mejores. La noche le sienta genial al amarillo.
El miércoles, después de un paseo por la playa y un buen desayuno, partimos rumbo Santander. Íbamos con las ideas muy claras de que visitar, pero ese sentimiento de conducir y de ser un poco gamberros nos llevó a acabar subiendo Peña Cabarga. No se pudo evitar subir a conocer esta gran subida, ademas de apreciar las vistas que desde aquí. Subida muy conocida en Cantabria, y no nos sorprendió nada, curva tras curva y mucha pendiente.
Tras regresar a Santander, y hacer una ruta por la zona del Sardinero, visitar el palacio, el casino y diversas ubicaciones, no podía marcharme sin antes realizar unas fotos a pie de mar. Vivir en una zona alejada del mar es lo que tiene, que cuando estas cerca te atrae mucho, pues no sabes cuando podrás disfrutar de vistas así.
Por la tarde el plan fue mucho mas light. Volvimos a Laredo, a comer y recargar las pilas, pues al día siguiente los planes eran mas moviditos, demasiados sitios que visitar. Y es que no todo van a ser pasear en coche y moverse para conocer tantos bellos lugares, a fin de cuentas unas vacaciones también son para descansar.
El jueves tras un intento fallido de aprovechar bien la mañana, y después de varios contratiempos salimos de casa. Primera parada Liencres. No se si me gustó mas el acceso la playa de las dunas o el acceso a la playa. Un bosque precioso con curvas serpenteantes.
Siguiente destino Santillana del Mar. En este lugar nos toco caminar, así que aparcamos el coche en las afueras. Un pueblo imprescindible de visitar, calles de piedra, un aire muy rustico y atemporal. Muchas tiendas de artesanía. Una pena no poder conducir por el centro, los lugares para poder fotografiar el coche son interminables, las vistas únicas.
Una vez abandonamos este precioso pueblo, nos dirigimos a San Vicente de la Barquera. Una localidad costera que ya había visitado previamente. Conocido por ser el pueblo natal de un famoso "triunfito". Tratamos de buscar donde comer, pero fue imposible, estaba todo hasta la bandera. Ya que estábamos allí, decidimos acercarnos al puntal y caminar hasta el final del muro para ver como rompían las olas. Desde este punto tocaba caminar, así que antes de cruzar la cadena y empezar a andar, foto obligada .
Oleaje como aquí pocas veces he tenido el placer de ver. Creo que no hay foto que exprese mejor este concepto. El agua llegó a mojar el coche en algunas ocasiones el coche. No queremos que se oxide así que nos marchamos después de un par de buenas instantáneas. Tuvimos mucha suerte porque nadie mas aparcó cerca... quizás por desagrado al agua, quizás por estar lejos del bar mas próximo...
Nos vamos para Unquera, encontramos un bar donde tomar unos pinchos. Mala suerte, la cocina estaba cerrada, pero la variedad de tapas era buena y no nos quedamos de hambre. Nada mas terminar sin perder el tiempo, porque ya eran las 4 pasadas, nos dirigimos al desfiladero de la Hermida. Nada mas entrar en esa sinuosa carretera, nos adelanto un golf tsi, un conductor con experiencia en la zona. Ayudo mucho su conocimiento para adelantar, fue un buen compañero, me esperaba para los adelantamientos y avanzamos muy muy rápido. Iba tan cómodo detrás suya, que no paramos en Potes, seguimos adelante, hasta ver unas preciosas montañas nevadas...
Nos desviamos hasta Toranzo, localidad alejada de la carretera principal, para tomar algunas de las fotos mas impresionantes del día. Los aldeanos nos miraban raro. Recuerdo el vídeo de la gopro, todo el mundo nos observaba al entrar en los pueblos. Claro, un coche así no deja indiferente a nadie. El contraste de pasar de la playa a nevadas montañas en apenas 1 hora es difícil de explicar. Es algo mágico, un privilegio el que te ofrecen estas tierras cántrabras.
Descendimos al mundo real otra vez... pero Aitor no me dejo seguir hacia potes. ¡¡¡PARAAAA!!! Si, había visto una foto necesaria antes de continuar. La verdad es que de no ser por ese árbol... pero en si es fascinante. Me enamore de este entorno. Vivo en una zona de montaña, un paraíso. Pero esto es increíble, tiene otro encanto que la gente que vive en entornos similares sabe distinguir. No todas las montañas son iguales.
De Toranzo nos dirigimos de vuelta a Potes. Se nota que hay muchas pistas de esquí en las proximidades. Pese a ser semana santa, hay mucha gente con equipos. También se ve mucho materia en venta en las tiendas. Mi suerte parece ser que continua, pues llegar y besar, aparque en un punto ideal, muy visible. Atraía miradas incluso aquí. Un paseo por el pueblo, compra de diversos souvernirs y a descansar de tanto trote de vuelta a Laredo.
La noche paso tranquila sin mayores, el cuerpo no nos seguía para mucho... pero aun con todo, cogimos el coche y volvimos a salir. Nos fuimos a Santoña a hacer fotos nocturnas. Si tengo que quedarme con un recuerdo de aquel día, sin duda es este. Estábamos en la punta mas lejana, se acabo la carretera y en aquel lugar, con todo el pueblo de fondo, aquel banco... era un punto donde deseo volver algún día a repetir una foto, pero algo mas especial, mas "completa".
Se marcharon todos, excepto Eneko. Nos fuimos al Max Center a cenar, ponernos al día, reírnos... Fue una gran noche. Tengo mucho aprecio a este Pistacho y siempre que nos vemos tenemos charla para rato, es un buenazo. Una pena que la noche se nos fue agotando y nos tuvimos que despedir, y retirar a dormir. Al día siguiente al despertarme marche hacía casa. Complete unas breves pero intensas vacaciones después, empezaron genial, marcharon increíbles y volví a casa con una sensación de haber desconectado. 1500Km y casi 4 depósitos de felicidad, mis vacaciones "perfectas".
Siguiente destino Santillana del Mar. En este lugar nos toco caminar, así que aparcamos el coche en las afueras. Un pueblo imprescindible de visitar, calles de piedra, un aire muy rustico y atemporal. Muchas tiendas de artesanía. Una pena no poder conducir por el centro, los lugares para poder fotografiar el coche son interminables, las vistas únicas.
Una vez abandonamos este precioso pueblo, nos dirigimos a San Vicente de la Barquera. Una localidad costera que ya había visitado previamente. Conocido por ser el pueblo natal de un famoso "triunfito". Tratamos de buscar donde comer, pero fue imposible, estaba todo hasta la bandera. Ya que estábamos allí, decidimos acercarnos al puntal y caminar hasta el final del muro para ver como rompían las olas. Desde este punto tocaba caminar, así que antes de cruzar la cadena y empezar a andar, foto obligada .
Oleaje como aquí pocas veces he tenido el placer de ver. Creo que no hay foto que exprese mejor este concepto. El agua llegó a mojar el coche en algunas ocasiones el coche. No queremos que se oxide así que nos marchamos después de un par de buenas instantáneas. Tuvimos mucha suerte porque nadie mas aparcó cerca... quizás por desagrado al agua, quizás por estar lejos del bar mas próximo...
Nos vamos para Unquera, encontramos un bar donde tomar unos pinchos. Mala suerte, la cocina estaba cerrada, pero la variedad de tapas era buena y no nos quedamos de hambre. Nada mas terminar sin perder el tiempo, porque ya eran las 4 pasadas, nos dirigimos al desfiladero de la Hermida. Nada mas entrar en esa sinuosa carretera, nos adelanto un golf tsi, un conductor con experiencia en la zona. Ayudo mucho su conocimiento para adelantar, fue un buen compañero, me esperaba para los adelantamientos y avanzamos muy muy rápido. Iba tan cómodo detrás suya, que no paramos en Potes, seguimos adelante, hasta ver unas preciosas montañas nevadas...
Nos desviamos hasta Toranzo, localidad alejada de la carretera principal, para tomar algunas de las fotos mas impresionantes del día. Los aldeanos nos miraban raro. Recuerdo el vídeo de la gopro, todo el mundo nos observaba al entrar en los pueblos. Claro, un coche así no deja indiferente a nadie. El contraste de pasar de la playa a nevadas montañas en apenas 1 hora es difícil de explicar. Es algo mágico, un privilegio el que te ofrecen estas tierras cántrabras.
Descendimos al mundo real otra vez... pero Aitor no me dejo seguir hacia potes. ¡¡¡PARAAAA!!! Si, había visto una foto necesaria antes de continuar. La verdad es que de no ser por ese árbol... pero en si es fascinante. Me enamore de este entorno. Vivo en una zona de montaña, un paraíso. Pero esto es increíble, tiene otro encanto que la gente que vive en entornos similares sabe distinguir. No todas las montañas son iguales.
De Toranzo nos dirigimos de vuelta a Potes. Se nota que hay muchas pistas de esquí en las proximidades. Pese a ser semana santa, hay mucha gente con equipos. También se ve mucho materia en venta en las tiendas. Mi suerte parece ser que continua, pues llegar y besar, aparque en un punto ideal, muy visible. Atraía miradas incluso aquí. Un paseo por el pueblo, compra de diversos souvernirs y a descansar de tanto trote de vuelta a Laredo.
La noche paso tranquila sin mayores, el cuerpo no nos seguía para mucho... pero aun con todo, cogimos el coche y volvimos a salir. Nos fuimos a Santoña a hacer fotos nocturnas. Si tengo que quedarme con un recuerdo de aquel día, sin duda es este. Estábamos en la punta mas lejana, se acabo la carretera y en aquel lugar, con todo el pueblo de fondo, aquel banco... era un punto donde deseo volver algún día a repetir una foto, pero algo mas especial, mas "completa".
El viernes le dimos tregua al coche durante el día. Nos dedicamos a descansar por Laredo. No obstante por la noche salimos a pasear un poco. Nos fuimos hasta Castro Urdiales. No fue una noche de fotos, solo conducir y charlar. Nos retiramos pronto.
El Sábado, tras recoger todo y una comida con una gran sobremesa, partimos hacia Bilbao. No habíamos quedado con nadie, improvisamos. Nada mas llegar allí, apareció Xabi con el Golf. Poco después vinieron Alan y Jonny. Al final, apareció Eneko también. Una vez nos reunimos, ZAS! Apareció un nubarrón y empezó a llover como si del diluvio universal se tratase.
Siento haber tardado tanto en volver a redactar para el blog, pero los sucesos acompañaron a que me alejase bastante del placer de dedicar tiempo a mi mimosa, justo nada mas volver de las vacaciones. Ahora espero volver al hilo previo. Dar las gracias a lectores como Dani o Sandra, que se molestan en preguntarme si volvería a publicar que echan de menos el blog.
Chicos, he vuelto, y espero que para quedarme.
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