Hoy hemos decidido visitar el museo del ring. Una parada obligatoria para ver algunos de los vehículos mas emblemáticos del automovilismo alemán, junto con algunas curiosidades. La entrada es muy económica (tan solo 10 euros, con acceso todas las veces que uno quiera durante el día).
Por la mañana, al salir de la casa, dejamos mi civic en un taller, para que me cambiasen las pastillas traseras, porque no disponíamos del util necesario para meter de nuevo el pistón de la pinza trasera, que no es tan fácil como en las pinzas delanteras. Dejando el civic reparando, nos fuimos al museo a pasar la mañana. Algunas de las fotos que hice:
La primera en el parking, una curiosidad. Era como un 500 pero de una marca rumana/soviética. El coche era minúsculo pero desprendía carisma. Nos pareció super cuco... y de valientes venir en eso desde cualquier lugar a mas de 100 Km.
Tras salir del museo nos pasamos por la tienda Nissan del circuito, donde tenia expuestos 2 GTR (uno de calle y uno de competición), un Juke Nismo y una maqueta del circuito que se podía ver en el suelo.
Esto me lleve de la tienda! Una frikada que me encanta para la boda de mi amigo Alvaro en septiembre. No pueden faltar detalles así en la vida de un friki. Una vez terminada la visita al museo y gastar en regalos, era hora de ir a por el Type R, que ya estaba listo para entrar a rodar.
Se me estaban acumulando las facturas. En este sitio si algo puede salir mal, saldrá mal. Entre ruedas y pastillas y Pablo con los discos y el lip... pero no seria todo, lo peor estaba por llegar. Pronto me entenderéis. Por la tarde entramos, esta vez Jorch iría conmigo por fin. Llevaría un guía para que me mantuviese concentrado en la trazada.
El resultado? Bajar de 9 en mi tercera vuelta (VER VÍDEO). Muy orgulloso pese a estar muy lejos del record del vehículo (un minuto mas rápido que mi tiempo). Aun así la satisfacción era colosal. Llegado a este punto, quería volver a entrar, me veía capaz de rascar mas ahora que ya me sentía cómodo... envié esta foto a Pablo que entro segundos mas tarde.
Pero la respuesta de Pablo no fue la esperada. Había roto algo. El coche dejo de avanzar. Palier? Caja? Embrague? no sabíamos, teníamos que esperar a que saliese para ir a buscarlo. Bongard remolco el coche hasta sus instalaciones. Pablo venia con los marshals.
Tras recoger a Pablo y pasar por el almacén de grúas, decidimos dejar para mañana revisar el coche y la reparación. Parecía como si el palier se hubiese salido, pero no pudimos acercarnos al coche a revisarlo, no nos permitían tocarlo en sus instalaciones. El odio a este servicio de grúas iba en aumento. Dado que estábamos cerca, entramos a la pista, en Adenau, para unas fotos... pena no teníamos ningún Spray para dejar huella.
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