No lo esperaba, podía ocurrir, no le dí mayor importancia pero al final sucedió. Estaba tranquilamente con Miren tomando una cerveza cuando me llamó Ibai. A las siete llegue al taller, allí me esperaba, mi reina, mi peque... era hora de volver al asfalto. Se terminaban en ese momento tres meses de espera agónica, de dolores de cabeza y sobre todo de volver a tener mi herramienta para des-estresar de vuelta!
No tarde en pensar ni un solo instante en darme una vuelta. Llame a Jorge, para darle un filtro que tiene que entregar en Barcelona, y no se esperaban verme aparecer en el civic. No estaba solo, se había improvisado una pequeña KDD en un momento. Ciertamente, les di una sorpresa al aparecer con el civic.
No pensaba que me entretendría así. Tras estar de charla la emoción me duraba, no podía irme a casa tan pronto, de modo que me di un paseo por Pamplona. Si, tenía que lucir un poco el coche, volver a disfrutar de esa posición de conducción, de ese tacto duro de los pedales.
Me despedí de Jorge y Mikel y me marche, a pasear por el centro. No dí una gran vuelta pero me despeje y que cojones, lo lucí un poco. Hacia calorcete, las calles estaban llenas de gente paseando. Era un día idílico para exibir un poco la joyita. Adoro como los niños se quedan mirando el coche, son mis mayores fans.
Después de dar un agradable paseo, regrese a casa... pero como era de esperar no pude parar, demasiados meses sin disfrutar. Subí hasta el alto. No subí ofuscado pero tampoco relajado. Al llegar, los olores denotaban los meses de escasez de diversión. Poco a poco despertare a la fierecilla.
Y así termino el día, con un paseo anti estrés antes de cenar. A partir de ahora puede que se repitan mas a menudo. Ahora, solo queda montar unos pasadores a 4 rotulas para evitar incidentes y a disfrutar mientras llega el swap.
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