Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que Juan y yo teníamos los coches operativos para irnos de ruta juntos. Hoy hemos retomado una vieja costumbre que espero mantengamos mucho tiempo. Apetecia un paseo de esos de hacer un poco el gamberro y probar que tal se porta el turbo en curvas. Y he vuelto encantado. Las pastillas me dan bastante asco, con 4 frenadas fuertes y cogen calor empieza a vibrar, pero eso tiene solución fácil. Como anécdota del día, perdí la cartera en la gasolinera pero al regresar la habían recogido y la dejaron en Eroski. Agridulce final para el dia. A ver si podemos repetir de estas a menudo.
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