El plan era sencillo. Rally y comida para celebrar mi cumpleaños, pero también el de Diego y Enrique. El problema: Dar de comer a 22 personas que se apuntaron al plan. Hubo suerte, nos organizamos correctamente y se pudo gestionar todo debidamente, creo que la gente quedó satisfecha con el plan y la comida. No obstante, el día empezó raro. Madrugón a las 7 para leer que se suspendió la primera manga y se podía dormir una hora más.
Después de una pasada hacia arriba, nos sentamos a comer y cuando terminamos empezaban hacía abajo. Al principio estábamos en la gloria, al sol se podía estar sentados sin pasar frío. Pero en cuanto el sol se escondió no quedó otra que encender el bidón y juntarnos cerca para no morir de frío. Así terminamos el rally sobre las 7 de la tarde un día que la máxima fue de aproximadamente 5º grados.



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